domingo, 31 de enero de 2010

Una Semana Santa en Expansión


Cualquier persona familiarizada con el mundo cofrade zaragozano se podrá dar cuenta del profundo cambio que ha experimentado nuestra Semana Santa en los últimos quince años. En ese escaso tiempo, la Semana Santa sencilla y "doméstica" que conocí en mi niñez, y que es prácticamente la que retrataba magistralmente Jeanine Fribourg en los años 60 en su libro "Fiestas en Zaragoza", ha pasado ya casi a ser un recuerdo lejano en nuestras mentes.

A mediados de los 90 nuesta fiesta inició un despegue que en los últimos años no ha hecho más que acelerarse. Muchas experiencias novedosas intentan exprimir al máximo ese hambre palpable de nuestra Semana Grande que se expande entre los cofrades y han terminado por cambiar totalmente nuestra forma de vivirla: Internet se ha convertido en un medio de contacto, difusión e intercambio de documentos y experiencias entre los "capillitas" de nuestra ciudad; La Pasión ostenta ya el merecido título de salón de estar de la familia cofrade zaragozana; la juventud cofrade despierta y reclama una voz y papel importantes en la Semana Santa; las asociaciones culturales que han aparecido, así como sus actos y publicaciones cofrades, buscan ahondar en nuestras raíces y fundar tradiciones y vivencias nuevas en torno a la cultura de la Semana Santa; el "merchandaising" cofrade se extiende para revestir toda nuestra vida de olor a Ramos; nuevas cofradías han aparecido, y otras pro-hermandades esperan hacerse un hueco en el mundillo zaragozano; nuevas imágenes de distintos talleres españoles enriquecen el patrimonio de las cofradías, cuyos atributos mejoran de forma patente en refinamiento, gusto y calidad, a la vez que se advierte una preocupación general por la estética de actos públicos, cultos y procesiones; la aspiración de que los pasos anden se ha situado en primer plano, y se ha convertido ya en una realidad en algunas cofradías y en un tema sobre la mesa en otras; la Cuaresma, por su parte, ha pasado a ser un espacio repleto de actos cofrades y un digno preludio a la Semana Santa zaragozana, que durante estos años ha obtenido sucesivamente los galardones de Fiesta de Interés Turístico Regional y Nacional.

Son algunos de los nuevos perfiles que presenta nuestra Semana Santa. En definitiva, todos apuntan hacia una gran novedad: su conversión por vez primera en un aspecto que interesa a muchos y casi en un modo de vida para no pocas personas, incluso entre los jóvenes, quienes consideran a su cofradía somo una parte fundamental en sus vidas y un aspecto del que se enorgullecen. Nuestra Semana Santa crea opinión y, como una rotunda novedad, gran parte del mundo cofrade zaragozano se ha enamorado de ella. Por vez primera, el mundo cofrade zaragozano se puede preguntar y pregunta: "¿qué queremos hacer con nuestra fiesta?". Estamos transformando nuestra Semana Grande a una velocidad de vértigo y, a día de hoy, resulta muy difícil valorar la duración y alcance de esta fase expansiva. Lo que no se puede dudar es que el momento que vivimos va a marcar para siempre la Semana Santa de la Zaragoza futura. El estado de efervescencia y creatividad que atraviesa el mundo cofrade zaragozano abre infinitas posibilidades e invita a ser muy optimistas: hoy podemos afrirmar, sin temor a equivocarnos, que todo es posible. Podemos soñar nuestra Semana Santa y es el momento de atreverse a ello.


por Antonio Olmo Gracia

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