lunes, 14 de febrero de 2011

El color de la Semana Santa de Zaragoza

La celebración de la Semana Santa de Zaragoza, protagonizada por cofradías y hermandades, llena nuestras calles de una gran variedad cromática. Las cofradías de Zaragoza utilizan 10 colores en sus túnicas, observándose la mayor variedad, que queda resumida en la tabla adjunta, en la prenda de cabeza (tercerol, capirote o velo).

Color Hábito Prenda de cabeza Capa
Amarillo 0 1 1
Azul 2 5 0
Beige 0 1 1
Blanco 10 1 3
Granate 0 1 1
Marrón 3 1 0
Morado 3 4 0
Negro 5 7 1
Rojo 0 1 0
Verde 0 1 0

Cada cofradía utiliza sus colores como un símbolo distintivo que le permita identificarse y que enriquece su identidad propia y diferente. En contra de lo que se podría pensar, la elección de estos colores no es accidental sino que en mucha ocasiones nos habla del origen de la cofradía o de su advocación. Nueve cofradías utilizan indumentaria monocolor, 10 bicolor y 4 incluyen un segundo color únicamente en las franjas de su hábito o túnica.

Ayudaremos a interpretar estos significados ofreciendo algunas claves a la vez que repasamos los colores principales.

Los hábitos de las primeras cofradías penitenciales tomaron los colores que eran propios de las órdenes religiosas y que se consideraban adecuados para exteriorizar sentimientos como la penitencia, el dolor y el luto, adecuados a la celebración pasional. El negro, propio del luto en occidente y utilizado por la Iglesia Católica en los funerales hasta las reformas litúrgicas del siglo pasado, es muy característico de las cofradías más antiguas de España. Así es el propio de la Hermandad de la Sangre de Cristo, la más veterana de nuestra ciudad, con un posible origen bajomedieval. El negro es el color de los hábitos de las Esclavas de María Santísima. de los Dolores y de la Hermandad de San Joaquín y de la Virgen de los Dolores (diseñado por el hermano y comerciante Sr. Cativiela). Ambas asociaciones lo adoptaron por ser el tradicional del manto de la Virgen Dolorosa. También visten completamente de negro la Cofradía del Silencio y la del Santísimo. Ecce Homo. Esta última tomó como hábito la tradicional indumentaria de los “terceroles”, portadores de los pasos hasta el año 1935, que no pertenecían a ninguna hermandad y vestían túnica negra.

El negro da un aspecto muy sobrio, solemne y austero. Dos cofradías lo combinan con el blanco, la de Jesús de la Humillación por provenir de la Cofradía del Rosario de Nuestra Señora del Pilar (Santo Domingo, el “inventor del rosario” siempre es representado con túnica blanca y capa negra) y la de la Exaltación de la Santa Cruz que consiguió así un acertado contraste.

El morado es el color litúrgico de la Cuaresma, periodo de preparación para el Triduo Pascual, y tiene un significado de penitencia, conversión y mortificación. Es también, por tanto, un color muy habitual desde antiguo en las cofradías. Nuestro mejor ejemplo es la Esclavitud de Jesús Nazareno (fundada en 1759) con sus hermanos vestidos con túnica y tercerol de este color, el mismo con el que se viste tradicionalmente la imagen de Jesús Nazareno a la que dan culto. Combinado con otros colores aparece en los hábitos de las cofradías de la Coronación de Espinas, Cristo Abrazado a la Cruz, Llegada al Calvario y Descendimiento. En este último caso tiene un especial significado ya que el
blanco y el morado eran distintivos de la Real Congregación de la Anunciación de Nuestra Señora y de San Luis Gonzaga, del Colegio del Salvador (PP: Jesuitas), asociación que fue clave en su fundación.

El tercer color, diríamos clásico, es el marrón. Proviene de los hábitos de los frailes franciscanos quienes desde la Edad Media propician la fundación de las primeras cofradías pasionistas y propagan las devociones populares de estos días como el Vía Crucis o las procesiones. Es normal que sea el color elegido por la Cofradía de la Crucifixión del Señor, heredera espiritual de la Venerable Orden Tercera de San Francisco que durante siglos organizó las procesiones de Zaragoza junto a la Hermandad de la Sangre de Cristo. El marrón lo encontramos también en el hábito de la Cofradía de la Coronación de Espinas y en la de Nuestro Señor en la Oración del Huerto, combinando en este caso el marrón oscuro y el beige.

1937 es un año crucial en nuestra celebración, en él se funda la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad, como filial de la Hermandad de la Sangre de Cristo, iniciándose así la fundación de nuevas cofradías que irán haciéndose cargo de los pasos de la procesión general. También traerán nuevos colores: el arquitecto Regino Borobio diseñó el habito de la Piedad, eligiendo el blanco crema y el azul, sin buscar un significado especial, sino inspirándose en los hábitos que se usan en Sevilla. El blanco entra con fuerza; de hecho, actualmente, es el color más frecuente, estando presente en los hábitos de catorce de las veintitrés cofradías; concretamente aparece en diez túnicas y en cuatro capas. El blanco es símbolo de la pureza del alma que está en gracia de Dios, es el color de la inocencia y es muy usado en la liturgia. También es el color propio del Domingo de Resurrección por lo que, lógicamente, fue adoptado por la Hermandad de Cristo Resucitado.

Las sucesivas cofradías que se van creando van eligiendo nuevos colores que permitan diferenciarlas o asumen algunos de los ya comentados, en muchos casos buscarán evocar su vinculación con las asociaciones de las que nacen.

El azul es también muy repetido. Con diferentes tonalidades aparece en los hábitos de cinco cofradías, incluida la ya mencionada de la Piedad, y en todos los casos en combinación con el blanco. En la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén se eligió, por Joaquín Albareda Piazuelo, para evocar ciertos vestidos del pueblo hebreo en la época de Jesús; en la Cofradía del Prendimiento se eligió el azul marino típico de la orden escolapia y en la Hermandad de Cristo Resucitado se eligió en tono celeste como color propio de la Virgen y por que su tonalidad clara era adecuada para evocar la mañana de la Resurrección. La Hermandad de Jesús de la Humildad es la única que lo utiliza en la tonalidad azul cobalto.

Por último comentaremos cuatro colores, usados cada uno por una cofradía, de nuevo combinados con el tan reiterado blanco.

Blanco y amarillo son los colores de las Asociaciones Eucarísticas que dieron lugar a la Cofradía de la Institución de la Sagrada Eucaristía, evocan el blanco de la Hostia Sagrada y el oro del cáliz que contiene la sangre del Señor. El rojo fue elegido por la Cofradía del Señor atado a la Columna al comenzar su etapa procesional; asociado al amor y a la sangre, evoca el momento mismo de la flagelación en el que la sangre de Jesús es derramada por primera vez en la Pasión. La Cofradía de las Siete Palabras surgió de la Acción Católica y tomó de ella sus colores, blanco y verde, este último asociado tradicionalmente a San Juan Evangelista. Para terminar, indicaremos que la Cofradía de Jesús Camino del Calvario eligió su color granate por motivos estéticos, al ver el hábito de la Hermandad de las Penas en un libro de láminas de las cofradías sevillanas.

Estos son nuestros colores, los colores de nuestra Semana Santa, los colores que llenan nuestras calles en hábitos, galas de instrumentos, bombos, faldas de pasos, estandartes… Son los colores con los que se visten nuestras Vírgenes y nuestros Cristos con magníficos bordados y los de las flores que los adornan. Son los colores que llevamos en el corazón y que nos recuerdan nuestra Semana Santa.


artículo de Carlos Pardos Solanas

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