domingo, 20 de febrero de 2011

Los lugares de la Pasión: Jerusalén

Fotografías de Jerusalén
De acuerdo a los Evangelios Canónicos la Entrada a Jerusalén describe el momento en que Jesús de Nazaret entró triunfalmente a Jerusalén, en medio de una multitud que lo aclamaba como el Hijo de Dios. El Domingo de Ramos conmemora este hecho. La narración de la entrada a Jerusalén está escrita en el Nuevo Testamento, de la Biblia, siendo mencionada por todos los evangelios canónicos: (Evangelio de Mateo capítulo 21, 1-9; Evangelio de Marcos capítulo 11, 1-10; Evangelio de Lucas, capítulo 19, 28-40; Evangelio de Juan, capítulo 12, 12-19)

La ciudad santa era, como muchas ciudades importantes de la época, una ciudad amurallada. La totalidad del núcleo urbano aparecía rodeado de un muro que le daban un aspecto alargado de norte a sur. La parte septentrional contaba con dos muros, uno dentro del otro: el primer muro norte o viaducto, que partiendo de la cara oeste del Templo llegaba hasta la fachada norte del palacio de Herodes y los comunicaba a ambos por el pasaje superior del muro; y rodeando éste, y abarcando una amplia zona hacia el norte, el segundo muro norte.

Las edificaciones eran por lo común de una planta baja con un terrazo superior o desván no habitable, o de dos plantas, para los judíos más pudientes. Entre estas viviendas sobresalían, imponentes, dos construcciones de espectacular envergadura: uno era el gran recinto del Templo (centro religioso y espiritual) con la fortaleza Antonia, y otro el palacio de Herodes el Grande (centro gubernamental). Toda la ciudad se hallaba atravesada, de norte a sur, por una depresión o cauce llamado el valle de Tyropeón (en hebreo hagai). A ambos lados la población se asentaba sobre varios montículos. Los montículos orientales eran el monte Moria, al noreste, sobre el que se asentaban el Templo y la fortaleza Antonia, y el monte Ophel, en el extremo sureste de la ciudad, y que en tiempos antiguos fue donde se asentaba la Ciudad de David o Jebús. El montículo occidental era el monte Sión, sobre el que se emplazaba el palacio de Herodes.

Plano de Jerusalén en tiempos de Jesús
Rodeando la ciudad santa se disponían varias torrenteras o cauces. Entre la muralla este y el monte de los Olivos (llamado en griego Eleona y en romano Olivete) estaba el llamado cauce del Cedrón, que discurría por el el valle de Josafat, y al sur y oeste, el valle Hinnon o de la Gehenna, en cuya vertiente sur se hallaba ubicado el basurero de la población.

Las edificaciones, limitadas por estos encajonados valles, se había tenido que extender hacia el norte, única dirección posible. En tiempos de Jesús, esta parte de la ciudad era relativamente nueva, y se disponían en ella barrios ricos y nuevos, y muchos huertos. En aquella época no se había iniciado la construcción de una muralla que rodearía aquella zona, la tercera muralla norte, y que edificó varios decenios más tarde. Hacia el norte se hallaba otro monte alto, el monte Scopus (llamado así por la palabra griega skopein = observación, vigía).

En la actualidad, la ciudad vieja de Jerusalén está dividida en cuatro barrios, de mayor a menor, extensión el barrio árabe, el barrio judío, el barrio cristiano, y el barrio armenio. Jerusalén es considerada una ciudad sagrada por las tres grandes religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el islam.

Jerusalén en la Semana Santa de Zaragoza

Paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén
La mayoría de los pasos de misterio de nuestras cofradías discurren en la ciudad de Jerusalén, si bien, el paso que guarda una mayor relación con la ciudad de Jerusalén es el paso de la entrada de Jesús en Jerusalén.

Referencias:
http://es.wikipedia.org/wiki/Jerusal%C3%A9n
http://es.wikipedia.org/wiki/Domingo_de_Ramos
http://buscandoajesus.wordpress.com/articulos/jerusalen-en-tiempos-de-jesus/

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