Lo que el ojo no ve: Cómo se visten las dolorosas

Para comenzar a vestir a una dolorosa, lo primero es el respeto hacia la madre de Dios. El primer paso que se debe de seguir para vestir a una dolorosa es colocarle su ropa interior o enaguas que solemnemente le colocan su vestidor o camarista. Las enaguas son blancas y siempre va adornada con encajes por las mangas y cuello.

Una vez colocada la ropa blanca se procede a la colocación de la saya o vestido. Esta pieza para su mejor perfección o adaptación al cuerpo de la imagen se divide en varias partes: manguitos o puñetas que se colocan en los puños o muñecas de la imagen, pecherín que se colocan en el pecho de la imagen tal y como su nombre indica, mangas que cubren los brazos de la imagen y la saya o delantal que se coloca en la parte baja de la imagen. Esta prenda tan singular de la imagen puede ser de brocado, de damasco, terciopelo que se suele poner cuando se viste de hebrea o para su salida procesional o cultos mas importantes, se le suele poner una saya bordada ya puede ser en aplicaciones de tisú o en oro fino.

El tercero de los pasos que se debe seguir para vestir a una dolorosa es la colocación del tocado. Para hacer un tocado existen una gran variedad aunque los mas comunes son los tocados que se realizan con encajes. Aunque se le puede poner los tocados llamados de tablas que se realizan con telas de brocado, raso, damasco, etc... Otra forma ya mas poco común son los tocados decimonónicos.

El cuarto de los pasos que se deben seguir para vestir a una dolorosa es la colocación del manto, que se le coloca subida en su camarín o altar. Los Mantos de camarín deben de ser más cortos que los de salida ya que solo se utilizan para que la virgen lo luzca solo en su templo y en su altar. Los mantos pueden ser de damascos, brocados aunque en el mayor de los casos es de terciopelo depende el color que le corresponda a la advocación de la virgen que sea vestida.