martes, 16 de marzo de 2010

Nervios y mucha emoción entre los jóvenes cofrades

Los nervios se apoderaron de Ernesto López mientras esperaba la salida de su cofradía, Jesús de la Humillación, al parqué del pabellón Siglo XXI. Eran los primeros en participar en la XVII Exaltación Infantil de Instrumentos de Semana Santa de Zaragoza, que ayer congregó en este recinto deportivo a más de 550 participantes de 19 cofradías, cuyas edades oscilaban entre los 14 y los 3 años.

Ernesto estaba tan impaciente por salir que no se acordaba del nombre completo de su cofradía, y, además, era incapaz de recordar los años que tenía, por lo que un compañero suyo le tuvo que chivar que eran 13. Él únicamente tenía la mente puesta en no olvidarse de los toques que llevaba varios meses ensayando tres días a la semana. Cuando anunciaron su salida, se santiguó, estiró su túnica negra, tocó la medalla de la cofradía que llevaba prendida al cuello y entró dispuesto a hacerlo lo mejor posible. "Esto no es un concurso pero tenemos ganas de demostrarle a la gente lo bien que podemos hacerlo", aseguró.

Cinco minutos después, el público asistente, que abarrotó las gradas del recinto deportivo rompió en aplausos. Prueba superada. Ernesto y sus compañeros respiraron tranquilos.Alejandro Cambalia, uno de los responsables de la sección infantil de instrumentos de esta cofradía, felicitó a sus pupilos por lo bien que lo habían hecho.

Entre bambalinas, pendiente de que nada fallara se encontraba José Luis Muñoz, hermano teniente de la cofradía de la Coronación de Espinas, que este año han sido los encargados de organizar la Exaltación. "Este acto es uno de los más significativos de estos días. Los pequeños no concursan pero creemos que es fundamental que participen para que disfruten de su pasión por la Semana Santa después de muchos meses de duros ensayos, en los que han tenido que hacer frente al frío y al cansancio. La recompensa es que hoy están encantados de representar a su cofradía y convertirse en protagonistas por un día", señaló José Luis Muñoz.

Para que todo fuera sobre ruedas, en la organización se involucraron 150 voluntarios de todas las cofradías: tres miembros de cada una, dos delegados, el hermano mayor y los guías.

En la edición de este año se han incorporado dos nuevos grupos. Uno de ellos, el Ecce-Homo, llenó la tarde de un sonido diferente al de las trompetas, tambores y bombos. Ellos son una de las pocas cofradías de Zaragoza que rompe el silencio de estos días con su toque de matracas.

La responsable del grupo, Patricia Pueyo, acaba de cumplir 18 años, pero lleva tantos tocando que ni se acuerda de cuándo empezó. Ayer estaba tan nerviosa que parecía que era la primera vez que cogía este instrumento. "Para nosotros es un orgullo participar en este acto tan emotivo", apuntaba bajo la atenta mirada de David, que a sus cuatro años se ha convertido en uno de los participantes más pequeños de esta exaltación.

fuente: http://www.heraldo.es/noticias/aragon/zaragoza/nervios_mucha_emocion_entre_los_jovenes_cofrades.html

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